Higiene del alojamiento: limpieza y desinfección

Para aprovechar el potencial genético cada vez mayor de nuestros pollos de engorde. Ahora es más importante que nunca proporcionarles el mejor ambiente en términos de temperatura, ventilación y manejo del alimento y del agua.

Por el Dr. Andrea Pizzabiocca, Gerente Sénior de Servicios Técnicos de Cobb Europe - Italia www.cobb-vantress.com

El primer paso es asegurarse de que sus aves cuenten con un ambiente limpio donde los pollitos puedan comer, beber y descansar sin ser infectados por bacterias o virus.

Esto se puede lograr siguiendo un programa de limpieza y desinfección claro y completo cada vez que las aves salen de la granja, independientemente de si el lote anterior presentó algún problema de salud. Una infección tardía puede no haber dañado a las aves con un sistema inmunológico bien desarrollado y que estaban protegidas por el programa de vacunación, pero los patógenos que permanecen en el ambiente podrían ser mucho más peligrosos para los pollitos de un día que todavía están desarrollando sus propias defensas.

Programa simple paso a paso

El programa de limpieza debe ser simple, fácil de comprender y seguido paso a paso. Las diferentes operaciones deben realizarse en la secuencia y el momento adecuados sin apresurar el procedimiento

Después de que todas las aves hayan salido de la granja, se debe aplicar insecticida en la cama, luego retirarla del alojamiento y llevarla por lo menos a un kilómetro de distancia de la granja. En este paso es cuando se comete el error más común. Varias veces he visto granjas con múltiples alojamientos donde se retira la cama de los últimos alojamientos mientras que en otras ya se ha terminado de lavar. Esto arriesga que el material orgánico recontamine los alojamientos limpios, reduciendo la efectividad de todo su programa.

Una vez más, no se apresure en los diferentes pasos. Remueva cuidadosamente todo el material orgánico, luego comience a lavar el alojamiento y el equipo. Si algún equipo no puede ser limpiado con agua, retírelo y límpielo en seco. La posibilidad de utilizar agua para limpiar el equipo debe ser uno de los parámetros para elegir qué equipo adquirir, así como con las bombillas.

También es importante limpiar el exterior de las entradas de aire y las cortinas para evitar que el polvo contaminado por la ventilación sea arrastrado hacia el interior cuando el sistema se ponga en marcha de nuevo. Aplique un detergente en espuma y déjelo actuar durante el tiempo especificado, luego enjuague con chorro de alta presión, trabajando en una dirección de arriba hacia abajo para evitar la recontaminación. Es importante contar con el número adecuado de salidas de agua y desagües.

El procedimiento de limpieza debe incluir todas las salas en contacto directo o indirecto con los galpones, como las salas de servicio y las instalaciones de almacenamiento de aves muertas.

Los comederos y las líneas de alimentación son difíciles de lavar y desinfectar. Si esto no es posible, llénelos con ración o con un ingrediente para ración, como el maíz mezclado con un desinfectante de alta dosis durante el período de limpieza, y luego vacíelos completamente.

Las líneas de agua deben ser llenadas con una solución de limpieza y enjuagadas a fondo, luego se debe reinstalar todo el equipo y comenzar con la desinfección.

Elija los productos químicos correctos

Existen varios productos químicos disponibles para la desinfección, elija el que mejor se adapte a su situación. En general, los mejores resultados se obtienen con desinfectantes líquidos seguidos de una fumigación. En cualquier caso, siga las instrucciones específicas del fabricante. El mejor desinfectante no funcionará si necesita una temperatura de 20˚C para lograr la reacción química correcta, pero se utiliza durante el invierno a 0˚C, o si necesita ser utilizado a una concentración del 5% pero se diluye al 1%.

La materia orgánica interfiere con la actividad de muchos productos químicos, por lo que es muy importante que las superficies estén limpias antes de desinfectarlas. Repito, a menudo observo que el personal no lava, sino que sólo desinfecta para acelerar el procedimiento.

Recuerde que retirar la cama y lavar el local reduce el 90% de la carga microbiológica, mientras que la desinfección en general sólo logra una reducción del 10%.

Aplique el desinfectante con agua a baja presión para garantizar que llegue a todas las superficies. Comience desde el final del local y avance hacia la entrada, para evitar cualquier riesgo de recontaminación.

Después de que la desinfección líquida haya terminado y todo el equipo haya sido reinstalado, es el momento de fumigar. Para que sea eficaz, utilice la concentración adecuada (normalmente calculada en m³) a la temperatura correcta y durante el tiempo adecuado, luego ventile el local para eliminar cualquier residuo químico.

Después de colocar la cama, es posible desinfectar el local nuevamente, repitiendo la fumigación. Pero tenga cuidado si utiliza productos inflamables - podrían causar un incendio. La fumigación es la mejor opción porque el desinfectante en aerosol puede dejar residuos potencialmente dañinos para los pollitos.

Todo el personal que trabaje en la desinfección debe estar protegido con máscaras, guantes, gafas y ropas de protección de acuerdo a las pautas de seguridad de los químicos. Esto no sólo es necesario para el bienestar humano, sino que también asegurará que todas las operaciones se realicen de la manera correcta.

Pruebas realizadas con éxito

Para comprobar si el procedimiento ha tenido éxito, tome muestras al final del proceso. Los hisopos deben incluir todas las superficies y equipos. La eficacia se mide por el recuento viable total (RVT) por cm², que representa la cantidad de microorganismos en una superficie. Recuerde: El objetivo NO es lograr la esterilización, sino reducir al mínimo la contaminación.

Los pisos no deben exceder de 1.000 RVT/cm² y todas las demás superficies no deben exceder de 100 RVT/cm². No se debe aislar ningún caso de salmonella.

Si no se logran estos resultados, revise de nuevo el procedimiento y determine la falla y qué debe cambiarse.

Las razones más comunes son el uso de un desinfectante no adecuado para una situación particular, la mala aplicación del mismo para que no entre en contacto con la microbiota, el hecho de que el personal no esté bien capacitado o equipado, el hecho de que no se asigne el tiempo adecuado para los diferentes procedimientos y la reinfección de los locales limpios por plagas y/o personas.

Si el local está limpio, manténgalo limpio. Mantenga las puertas cerradas y con baños de pies en cada entrada, con una muda de botas para todos.

Por último, recuerden que hay una correlación directa entre la limpieza y el rendimiento final. Cuente con un programa preciso para su procedimiento de limpieza basado en los productos químicos elegidos y sígalo sin saltear ninguna etapa. Su objetivo no es eliminar todos los microorganismos, sino reducirlos al mínimo. Una vez que se logra mantener limpios los galpones, se ha dado el primer paso para dar a las aves la mejor oportunidad de rendir al máximo y, por lo tanto, será mayor el rendimiento a nivel financiero.

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